19 La historia de Judas Macabeo y de sus hermanos, la purificación
del más grande Templo, la dedicación del altar,
20 las guerras contra Antíoco Epífanes y su hijo Eupátor,
21 y las manifestaciones celestiales en favor de los que combatieron
viril y gloriosamente por el Judaísmo, de suerte que, aun siendo
pocos,
saquearon toda la región, ahuyentaron las hordas bárbaras,
22 recuperaron el Templo famoso en todo el mundo, liberaron la
ciudad y restablecieron las leyes que estaban a punto de ser abolidas, pues
el Señor se mostró propicio hacia ellos con toda benignidad;
23 todo esto, expuesto en cinco libros por Jasón de Cirene,
intentaremos nosotros compendiarlo en uno solo.
24 Porque al considerar la marea de números y la dificultad existente,
por la amplitud de la materia, para los que quieren sumergirse en los relatos
de la historia,
25 nos hemos preocupado por ofrecer algún atractivo a los que desean
leer, facilidad a los que gustan retenerlo de memoria, y utilidad a cualquiera
que lo lea.
26 Para nosotros, que nos hemos encargado de la fatigosa labor de
este resumen, no es fácil la tarea, sino de sudores y desvelos,
27 como tampoco al que prepara un banquete y busca el provecho de
los demás le resulta esto cómodo. Sin embargo, esperando la gratitud
de
muchos, soportamos con gusto esta fatiga,
28 dejando al historiador la tarea de precisar cada suceso y
esforzándonos por seguir las normas de un resumen.
29 Pues así como al arquitecto de una casa nueva corresponde la
preocupación por la estructura entera; y, en cambio, al encargado de
la
encáustica y pinturas, el cuidado de lo necesario para la decoración,
lo
mismo me parece de nosotros:
30 profundizar, revolver las cuestiones y examinar punto por punto
corresponde al que compone la historia;
31 pero buscar concisión al exponer y renunciar a tratar el asunto de
forma exhaustiva debe concederse al divulgador.